Alquilar un trastero es algo que todos deberíamos hacer. Ante la disyuntiva de introducir más mobiliario de almacenamiento o de sacrificar una habitación de la vivienda (en ambos casos se resta espacio), es preferible el trastero. Y es que para quienes no lo han usado o no lo aprovechan debidamente es el lugar para guardar aquello que no se usa, pero es mucho más. Entonces, ¿cuándo utilizar más un trastero?
Aprovecha el trastero
Si vas a mudarte, el trastero es una gran solución de almacenamiento temporal por el gran volumen de cosas de una mudanza. Pero también lo es si se trata de guardar cosas por tiempo indefinido. Aquí entrarían desde libros y objetos significativos de tu infancia o juventud, hasta cosas que pertenecen o pertenecieron a tu pareja o a tus hijos. En cualquier caso, es bueno contar con un trastero a medida, para no pagar de más.
En el primer caso, la mudanza, si es de un piso de no más de 40 m2, bastará con un trastero de unos 5 m2. Y si se trata de unos 150 m2, un trastero de unos 20 m2 será suficiente. Pero si es para guardar cajas, ten en cuenta que puedes aprovechar del suelo al techo, y para ello están las librerías. Ahí colocas todo en cajas transparentes de plástico o de cartón -rotuladas- y ya está: con menos de 3 m2 tienes espacio suficiente.
Organiza tu trastero
Desde librerías, hasta armarios, los muebles de almacenamiento son muy buenos. Busca aquellos que no sean tan profundos para que no te roben espacio. Si no es así, coloca baldas en las paredes, incluso coloca ganchos para colgar objetos del techo o de la pared (por ejemplo, una bici). Lo más pesado, va abajo, y lo liviano, en el medio o arriba.
Ten también una escalera portátil para evitar accidentes por querer alcanzar lo que está arriba y uses la librería como escalones. ¡Etiqueta todo y rotula! Incluso saca una foto y pégala en cada caja, para ver rápido su contenido. Y revisa de cuando en cuando para rotar cosas o para sacar aquello que debe tirarse, donarse o venderse.
Uso de tu trastero
Esto no necesariamente se refiere a qué objetos pondrás en él, sino la frecuencia con que lo utilizarás. Si lo aprovechas de manera inteligente, incluso podrías realizar una rotación de cosas. Lo que se refiere a que llevas la ropa de invierno al terminar la temporada, lo mismo que la de verano. Esto aplica a artículos deportivos, que incluso utilices con mayor frecuencia (cada fin de semana la tabla de surf, por ejemplo). Incluso si almacenas libros y llevas ahí los que ya has leído, en fin.
Para ello la sugerencia es que aquello que sea de uso frecuente, esté totalmente a la vista y sea fácil de acceder. Lo que sea usado bien poco o casi nada, podría ir al fondo o en cajas que estén en la parte superior de la librería. Y como siempre, todo debidamente rotuladas, incluso con una descripción de su contenido.
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